Siempre hemos dicho que la detección temprana es clave para cualquier tipo de enfermedad ocular. Esta vez te quiero hablar sobre las cataratas congénitas, una condición donde los bebés nacen con opacidades en el cristalino del ojo, representan un desafío significativo para la salud visual infantil. Aunque a menudo se asocian con el envejecimiento, este diagnóstico puede afectar a personas de todas las edades, incluso a recién nacidos. Comprender esta afección es crucial para el diagnóstico temprano y la intervención oportuna, factores clave para preservar la visión de los pequeños.
¿Qué son las cataratas congénitas y por qué ocurren?
A diferencia de las cataratas seniles, que se desarrollan con el tiempo, las cataratas congénitas están presentes al nacer o en el desarrollo de la primera infancia. El cristalino del ojo, normalmente transparente, se vuelve opaco, impidiendo que la luz llegue correctamente a la retina. Esto puede llevar a una visión borrosa o incluso a la ceguera si no se trata.

¿Cuáles son las causas de las cataratas congénitas?
Son diversas y pueden incluir:
- Factores genéticos: Aproximadamente entre el 10% y el 25% de los casos son hereditarios, a menudo asociados con mutaciones genéticas específicas.
- Infecciones maternas durante el embarazo: Virus como la rubéola, el citomegalovirus, la toxoplasmosis, la varicela y el herpes simple pueden transmitirse al feto y causar cataratas. La rubéola, en particular, fue una causa común antes de la vacunación generalizada.
- Trastornos metabólicos: Enfermedades como la galactosemia (un trastorno del metabolismo del azúcar) pueden provocar cataratas.
- Otras condiciones médicas: Ciertas anomalías cromosómicas (como el síndrome de Down) y síndromes específicos pueden estar asociados con la aparición de cataratas congénitas.
- Causas idiopáticas: En muchos casos, la causa exacta no puede identificarse, denominándose cataratas congénitas idiopáticas.
¿Qué debes saber sobre las cataratas? Estadísticas y datos relevantes sobre las cataratas congénitas
La incidencia de las cataratas congénitas varía globalmente, pero se estima que afectan a aproximadamente entre 1 y 6 de cada 10,000 nacidos vivos. Un dato crucial es que las cataratas congénitas son responsables de entre el 5% y el 20% de todos los casos de ceguera en la infancia a nivel mundial.
En países en desarrollo, el acceso limitado a la atención oftalmológica pediátrica y la falta de programas de detección temprana contribuyen a una mayor prevalencia de ceguera infantil debido a cataratas no tratadas. Por otro lado, en regiones con sistemas de salud más robustos, la detección temprana y la intervención quirúrgica han mejorado significativamente los resultados visuales.
La ambliopía o «ojo vago», es una complicación común de las cataratas congénitas no tratadas. Si la catarata no se elimina a tiempo, el cerebro no recibe las señales visuales claras del ojo afectado, lo que puede llevar a un desarrollo visual deficiente e irreversible. De hecho, la privación visual prolongada durante los períodos críticos del desarrollo visual puede resultar en ambliopía profunda, incluso después de una cirugía exitosa.

Diagnósticos en cataratas congénitas: importancia y detección temprana
El diagnóstico temprano es fundamental para un pronóstico visual favorable en casos de cataratas congénitas. En el Perú, la mayoría de los hospitales y clínicas realizan un examen ocular inicial a los recién nacidos para detectar anomalías. Los signos que pueden indicar la presencia de cataratas incluyen:
- Reflejo rojo ausente o anormal: Cuando se ilumina el ojo con un oftalmoscopio, un reflejo rojizo normal debe ser visible. Una pupila blanca o un reflejo ausente pueden ser indicativos de una catarata.
- Pupila blanquecina (leucocoria): Una mancha blanca visible en el centro de la pupila es un signo alarmante.
- Nistagmo: Movimientos oculares involuntarios.
- Falta de seguimiento visual: El bebé no sigue objetos con la mirada.
Si se sospecha de una catarata, se requiere una evaluación oftalmológica pediátrica inmediata. El oftalmólogo realizará un examen exhaustivo, a menudo bajo dilatación pupilar, para confirmar el diagnóstico, determinar el tamaño y la densidad de la catarata, y evaluar si afecta la visión.
¿Cuál es el tratamiento para las cataratas congénitas?
El tratamiento principal para las cataratas congénitas es la cirugía de extracción. El momento de la cirugía es crucial y depende de la densidad de la catarata y su impacto en la visión.
Para cataratas densas que afectan significativamente la visión, la cirugía se realiza idealmente dentro de las primeras semanas o meses de vida para prevenir la ambliopía. La extracción del cristalino opaco permite que la luz llegue a la retina, abriendo la puerta para el desarrollo visual.
Después de la cirugía, el manejo postoperatorio es tan importante como la intervención misma. Esto a menudo incluye:
- Corrección óptica: Ya sea con lentes de contacto, gafas o, en algunos casos, implantes de lentes intraoculares (aunque esto puede ser más complejo en bebés pequeños debido al crecimiento ocular).
- Terapia de oclusión (parcheo): Para tratar o prevenir la ambliopía, especialmente en casos de cataratas unilaterales, donde el ojo bueno se ocluye para estimular el uso del ojo operado.
- Revisiones oftalmológicas regulares: Para monitorear el desarrollo visual, detectar y tratar cualquier complicación, como el glaucoma secundario, una complicación grave que puede surgir en un porcentaje de ojos operados de cataratas congénitas a largo plazo.

La importancia de investigar y educarse sobre las cataratas congénitas
La investigación continua en genética, imágenes avanzadas y técnicas quirúrgicas está mejorando constantemente el pronóstico para los niños con cataratas congénitas. Se están explorando nuevas terapias génicas y enfoques para prevenir la opacificación secundaria del cristalino, una complicación común después de la cirugía.
Por eso, siempre es importante educarse sobre estos diagnósticos, sobre todo si usted está a punto de tener un bebé; además, la concienciación pública también desempeñan un papel vital. Capacitar a los padres para reconocer los signos tempranos y buscar atención médica oportuna puede marcar una diferencia drástica en el resultado visual de sus hijos.
En resumen, las cataratas congénitas son una causa importante de ceguera infantil prevenible. Con un diagnóstico precoz, una intervención quirúrgica oportuna y un manejo postoperatorio diligente, muchos niños pueden alcanzar un desarrollo visual significativo, permitiéndoles una mejor calidad de vida.